"Sois la mierda cantante y danzante de este mundo"

domingo, 22 de agosto de 2010

Cambiar cuesta. Avanzar quizá no tanto.

No fue un error, que no acabara bien no significa que lo fuera. Volvería a hacerlo millones de veces. Infinitas veces. Porque lo que pasó tenía que pasar. Si ocurriera ahora no lo haría diferente. Ocurrió porque así debía ser y ahora me doy cuenta de que fue lo mejor. Nunca debí pensar "y si..." No, ¿para qué?: Autodestrucción. Eso nunca sentó bien a nadie.

Acabó mal, sí; o eso pensamos porque nunca sabremos cómo habría acabado si hubiera sido distinto. Quizá acabó de la mejor forma en que podía acabar, aunque terminó mal pero podría haber sido peor si no hubiera sido así.

Lo hice mal, pero lo hice, y volvería a hacerlo.

martes, 17 de agosto de 2010

¿Qué hay detrás?

Eso dependerá. ¿Detrás de qué?

Por ejemplo, detrás de una sonrisa pueden esconderse mil y un mensajes o no esconderse nada absolutamente.

Una sonrisa de esas que no se olvidan, de la persona a quien amas, de las que con solo su recuerdo asoma a nuestros labios otra sonrisa... esas son de las que más me gustan. Detrás de ellas hay todo un texto de palabras de amor, todo un sentimiento, sencillamente, un mundo entero por descubrir... También hay sonrisas esperanzadoras, éstas también son importantes. Solemos necesitarlas de vez en cuando en esos momentos de ansiedad y pocas ganas, cuando ninguna palabra es capaz de hacernos sonreír pero quizá sí una sonrisa del otro.

¿Quieres saber qué más sonrisas hay? Hay millones, infinitas sonrisas esperándote.
Las incómodas parecen las peores pero son muy sentidas. Cuando te entra esa sonrisa estúpida a ti o a alguien con quién estás significa que te importa, que estás incómodo pero, aún así, repetirías el momento una y otra vez, no?

Existen también las sonrisas del dolor de tripa. Esas nunca están de más y sabes que no miento. En ese instante parece olvidársete todo, aquel examen que no aprobaste, la discusión que tuviste con tu madre hace varios días... todo desaparece aunque sea por unos segundos para dejar paso al dolor de barriga y de cara.

Sonreír nunca fue malo, siempre y cuando seas sincera con los demás y contigo misma primero. Una risa forzada por quedar bien o amoldarse a otros no me sirve.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Quien a los suyos se parece, ¿honra merece?

- ¿Acaso crees en algo más que en la cerveza?
- Sí, en el whisky quizá.

Después de escuchar aquello solo acompañé a mi padre a la cama, él sólo no hubiera sabido encontrar la habitación.

viernes, 6 de agosto de 2010

La perfección mata.

La historia trataba sobre un hombre. Un hombre con una obsesión: La perfección.

Antes de hacer algo pensaba demasiado en ello. En las consecuencias, en la mejor forma de llevarlo a cabo, en la manera de hacerlo sin cometer errores, en descubrir el secreto para no equivocarse. Él siempre creyó que era normal, que no pasaba nada por reflexionar un poco.
Tenía un problema. No siempre lograba la eficacia y por culpa de ello era capaz de aguantar días enteros sin hablar con nadie, sin comer y encerrado, solo por reflexionar. Mientras tanto su vida seguía. El tiempo no paraba de correr y, como era de esperar, no se detendría para él. Su rostro comenzó a demacrarse y no mucho después, su cuerpo también. Lentamente se fue volviendo loco hasta que llegó el día en que se transformó por completo. Aquel día, ahora borroso, acabó con el poco rastro de cordura que aún poseía. Aquel día significó un antes y un después. Aquel día nunca más volvería a ser un día cualquiera. Aquel día cometió un error que le perseguiría hasta el día del juicio final.

Nunca volvió a ser el mismo. No hacía más que recordarlo y arrepentirse. Solo pensaba en el pasado sin darse cuenta de que estaba perdiendo el presente y destrozando su futuro. No volvió a pisar la calle, no volvió a salir, nunca más volvió a hablar. Sus labios desaparecieron al no servirle de mucho, incluso estuvo tanto tiempo sin abrir los ojos que se esfumaron de su rostro dejando una extraña cicatriz y convirtiendo su cara en un cuadro completamente desfigurado nada bonito de contemplar. Sus manos se arrugaron de tal modo que se volvió más torpe de lo que se creía antes.
Se le acababa el tiempo y no era consciente del daño que se estaba haciendo solo por reflexionar y estudiar una y otra y otra y otra vez su error. De todos modos, tampoco parecía importarle, se hallaba demasiado ocupado pensando y lamentándose de algo que ni él podía recordar. Su error quedaba tan atrás que, aunque no pudiera parar de autoflagelarse, ya no lo recordaba.

Pasaron las semanas, los meses, los años... y seguía mal. Continuaba sin darse cuenta de lo que había perdido y de todo lo que estaba por perder. Era incapaz de escapar de sus pensamientos, se ahogaba en depresiones que él mismo inventaba y aún así, no paraba de reflexionar. Llegó a tal punto de obsesión que su aspecto no era el de una persona sana. Ni si quiera era el de una persona. Ahora era un monstruo, un ser extraño que no podía hablar y que había olvidado hasta caminar erguido. Y todo esto...¿por qué? Yo se lo diré. Por reflexionar. Un consejo les doy: No reflexionen, simplemente hagan lo que crean oportuno sin pensar demasiado en las consecuencias porque, si no disfrutan de la poca libertad que se les brinda, ¿qué les queda?

Y pensar que el error que cometió fue no besarla...