"Sois la mierda cantante y danzante de este mundo"

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Eterno inconformismo.

A veces pienso que soy como una niña pequeña, cuanto más me ignoran más trato de llamar la atención y al revés.

sábado, 21 de noviembre de 2009

A chuparla cobardes.

¿No les parece de cobardes hacer que alguien desaparezca de tu vida por completo sin dar ningún tipo de explicación lógica o real al menos? ¿De veras no sienten vergüenza? En fin, yo no soy quién para juzgar pero sé que eso es de críos. Ustedes verán lo que hacen. No les guardo ningún tipo de rencor, solo les tengo asco y siento verdadero desprecio, solo eso.
Espero no volver a cruzarme con ustedes jamás, no me apetece tratar con hijos de puta malcriados que no saben ni lo que quieren.
¿Se tomaron todo esto como un juego? Sí, yo creo que sí. Hablaron, se entretuvieron con una niña de quince años y cuando se cansaron desaparecieron sin decir adiós. Me recordaron a mi querida "amiga", esa de la que les hablé a los dos y de la que opinaron que actuó mal... , me río en sus caras, porque por si no se han dado cuenta ni se han percatado, ustedes has hecho exactamente lo mismo o algo incluso peor. Al menos ella llevaba razón.

Ea! Chúpenla.
Va por ustedes dos sí, saben bien quienes son no se hagan los locos.

Rezaré cada noche por no volver a saber nada de vosotros....
... Cobardes.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Te lo juro con J.

Encontrar la esencia de la felicidad, o lo que es lo mismo, saber separar mi vida, mi interior y mis pensamientos del mundo real. Eso tratas de enseñarme con tus líneas y palabras, a veces duras, pero siempre dulces.

Me pides que observe pero no actúe. Que responda pero no conteste. Que obedezca pero no sirva. Que no me deje pisotear pero sí permita me adelanten.
Quizá me equivoque pero creo que la manera de "autoflagelarme" con mis propios pensamientos, esos que me empujan a lo más hondo del mismo pozo sin fondo en el que siempre me ahogo en silencio y esa manera de mirar el mundo con unos ojos característicos y propios de una persona llevadora de una vida completamente anacoreta, hacen que nunca vaya a dejar de ser yo, por lo que, puedes estar tranquila.
Puede que no lleve razón y que ninguno de mis razonamientos sean ni razonables ni racionales, pero ese es mi método de "supervivencia" ante la gran manada de hijos de puta que se presentan frente a mí.

Continuamente he de luchar con mi 'yo' rebelde, inconformista, y por qué no, también cabrón, que me lleva a errar una y otra vez por querer ser auténtica, original, única... No siempre consigo vencerle, de hecho, casi nunca lo hago.
Siento ser tan estúpida en ocasiones y tan infantil. No me gusta demostrar que soy aún una niñata, aún así, es lo único que sé hacer.

perfectamente lo que quieres transmitir con tu carta. Quieres que sea yo, que no me convierta en una persona predecible, simple, idiota, o lo que es lo mismo, no quieres que sea igual a todos ellos, esos que me rodean siempre y me miran con rareza, desprecio y, a veces, admiración.

Tranquila, las caídas no me retraen, todo lo contrario, alimentan mi fuerza y mis ganas de superación. Creo que tengo claro quién soy, lo único que dudo es, hacia dónde voy, pero para eso estás tú, para guiarme.

Gracias por tu carta. Sangre de mi sangre.

Lo haré, nunca dejaré de ser yo. Te lo juro con J.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Eso cree ella.

Ella pensaba que su inspiración era fruto de la rabia, de la ira, de la impotencia; pensaba que cada golpe recibido era sufrible y soportable convirtiendo el dolor en letras, en versos que a veces ni ella entendía; pensaba que la frustración, el odio, el asco, que brotaban de su alma al ver aquello, alimentaban sus ganas de coger papel y boli y, en la soledad de su cuarto, escribir los textos más tristes y más amargos.

Ocurrió algo. Algo que ella trata de olvidar, pues le hace daño recordarlo. Desde entonces no escribe tanto y cuando lo hace acaba odiando el resultado.
Se ha dado cuenta de que su fuente de inspiración no siempre nace de momentos dolorosos, de hecho, es todo lo contrario.

Eso que desapareció para siempre era su tinta, su teclado, su papel... Era la manera que tiene de expresar lo que corre por su pensamiento. Era esa forma tan rara de contar las cosas que le caracteriza. Era eso que, al escribir, le hacia sentir especial. Todo aquello que le venía a la cabeza era consecuencia de lo que ya no está, de eso que desapareció.

Duele mucho descubrir cuál es la verdadera razón de sus líneas y cuál era, en verdad, la razón de su inspiración.

Eso cree ella.